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Aprender inglés no es solo obtener certificados

¿Estás harto de exámenes interminables de inglés? Aprender un idioma debería ser algo que disfrutes, una oportunidad de acceder a más información y abrirte al mundo, no solo una meta académica. Es hora de redescubrir por qué aprender inglés puede cambiar tu vida. En España, desde pequeños, los alumnos asocian aprender inglés con sacar buenas notas y con exámenes interminables. No es de extrañar que muchos estén hartos de aprender el idioma, y cuando son adultos, todavía se enfrentan a la necesidad de obtener certificados de Cambridge. Es una pena porque aprender un idioma debería ser algo que disfrutes, una oportunidad de acceder a muchísima más información en el mundo, y una forma de abrir tu mente al conocer otra cultura. Cuando queremos aprender un idioma, no pensamos primero en el certificado que vamos a obtener. Soñamos con poder leer un libro en su idioma original, ver películas sin doblaje, pedir el desayuno en el idioma local durante nuestro próximo viaje, o dar una presentación en inglés en el trabajo. Esas son las razones que nos motivan a aprender un idioma: la conexión emocional con el nuevo mundo que se abre frente a nosotros. No tienes que aprender cosas sobre la familia real o las tradiciones si no lo quieres. Para muchas personas, el inglés es simplemente una herramienta, y eso está bien. Para mí también lo es, no estoy tan interesada en las cosas culturales, aunque por supuesto me gusta ver las películas y escuchar la música. De hecho, la música fue una de las grandes razones por las que aprendí inglés y alemán, por ejemplo. Cada uno busca lo suyo, y eso es válido. Incluso si sabemos que necesitamos el inglés para avanzar en la vida, y no nos gusta mucho o nos sentimos cansados de estudiar, podemos imaginar una realidad donde hablamos inglés con soltura: hemos conseguido el trabajo de nuestros sueños, podemos ver películas en versión original, viajamos sin las barreras del idioma, o hacemos las tareas diarias sin problemas. Ir al médico, hablar de cualquier tema o simplemente vivir nuestra vida sin limitaciones. Quizás tengamos acento, no sepamos todas las palabras, o incluso nos falten algunas, pero eso no nos afecta, porque nos comunicamos con confianza y comodidad. El aprendizaje de un idioma debe tener una conexión emocional. Piensa en cómo te gustaría que fuera tu vida si hablas bien inglés. Imagina el futuro donde el inglés no es una barrera, sino una herramienta para conseguir tus sueños y abrirte a nuevas experiencias. Cuando logras conectar emocionalmente con el idioma, el proceso se vuelve mucho más llevadero y hasta emocionante. Yo vine a España hace 10 años sin hablar español. Al principio, no quería aprender español, no me gustaba. Pero en dos años ya hablaba relativamente bien y entendía bastante (y vivo en Andalucía). Con el paso de los años, me encanta el idioma y me siento muy cómoda hablándolo. Mirando atrás, ahora no parece tanto tiempo. Veo el resultado y puedo decir que todo valió la pena: puedo hablar libremente en español e incluso he hecho un curso en la universidad en este idioma. Al principio, el camino puede parecer largo, pero el resultado supera todas las expectativas. Así que, la próxima vez que pienses en aprender inglés, no pienses en los exámenes ni en las certificaciones, piensa en las oportunidades y el mundo de posibilidades que se abrirán ante ti. Recuerda, el inglés no es un objetivo en sí mismo, sino una llave que abre puertas a un mundo lleno de posibilidades. ¡Atrévete a abrirlas!


un estudiante aburrido en la clase de inglés

 
 
 

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