Clases híbridas en las academias de idiomas: el bien y el mal
- Irina Semenova
- 7 nov 2024
- 3 Min. de lectura
Las academias de idiomas han empezado a ofrecer clases híbridas, un formato en el que parte del grupo está en el aula con el profesor, mientras que otra parte se conecta online simultáneamente. Este tipo de clases surgieron como una solución durante la pandemia, y ha resultado útil para que los estudiantes no pierdan clases si no pueden asistir presencialmente.
Hay aspectos positivos que vale la pena destacar. La modalidad híbrida permite mantener cierta flexibilidad, asegurando que los alumnos puedan seguir avanzando aunque no puedan estar en el aula. Personalmente, he estado en ambos lados de estas clases, tanto como profesora como alumna, y mi opinión se basa en esta experiencia personal y profesional.
Sin embargo, hay muchas dificultades que también he experimentado:
1. Pérdida de tiempo en ajustes técnicos: Se pierde mucho tiempo ajustando la parte técnica para que todos puedan ver y escuchar al profesor y a los compañeros.
2. Variabilidad en el número de alumnos: El número de alumnos presenciales y online suele variar, lo que complica la preparación del material.
3. Dificultades para trabajar en parejas o grupos pequeños: Trabajar en parejas o pequeños grupos se convierte en un reto; aunque se puede poner a un alumno presencial con auriculares a trabajar con un alumno online, el ruido en el aula, la dificultad para escuchar y la falta de atención del profesor hacia todos dificulta mucho el proceso y hace que se tarde más tiempo en completar las mismas tareas.
4. Limitaciones de la tecnología disponible: Algunas academias no pagan por servicios de videoconferencia como Zoom, y las funciones de Google Meet son muy limitadas para trabajar con grupos grandes. En clases individuales o en parejas puede ser suficiente, pero para grupos numerosos, la falta de recursos hace que la calidad de la clase se vea afectada.
5.Problemas de comunicación entre los alumnos: Los estudiantes online no siempre pueden escuchar bien a sus compañeros en el aula, lo que afecta especialmente en actividades de escucha e interacción. Además, a veces parece que se olvidan de los alumnos online; no se sienten bien integrados y no pueden participar en los juegos o actividades con sus compañeros de manera efectiva. La falta de cohesión grupal también afecta la motivación de los estudiantes online, quienes tienden a sentirse más desconectados y menos comprometidos con el grupo.
6. Desgaste del profesor: Desde la perspectiva del profesor, el manejo simultáneo de dos grupos con diferentes necesidades y limitaciones resulta muy desafiante. Mantener la atención de todos los alumnos y asegurarse de que ninguno se quede atrás conlleva un alto nivel de estrés, y a menudo repercute en la calidad de la enseñanza.
7. Dificultades para evaluar a los alumnos: Evaluar el progreso de los alumnos es complejo, ya que los estudiantes online no siempre muestran su implicación de manera clara y se pierden señales no verbales importantes.
8. Problemas técnicos frecuentes: Fallos de conexión, problemas de audio o video, y la necesidad de ajustes técnicos continuos interrumpen la clase y generan frustración en todos los involucrados, restando fluidez al proceso de aprendizaje.
9. Adaptación de actividades didácticas: Muchas actividades didácticas que funcionan bien en un aula presencial pierden efectividad cuando se llevan a cabo en un formato híbrido, lo que obliga al profesor a adaptar el contenido constantemente, limitando la creatividad o la efectividad de dichas actividades.
10. Problemas con el listening: Los problemas con el listening son frecuentes, y si los materiales no se preparan correctamente - como, por ejemplo, si los alumnos presenciales olvidan descargar una fotocopia desde Google Classroom para la siguiente clase - el proceso se complica aún más.
A veces, las clases híbridas se sienten como una especie de sesión espiritual: 'Pedro, ¿me oyes? ¿Estás allí? ¡Contéstame! Si me oyes, escribe en el chat.'
En resumen, aunque las clases híbridas han permitido una mayor flexibilidad en un momento de necesidad, también presentan retos que afectan la calidad de la enseñanza y el aprendizaje. Considero que, si bien es una buena alternativa en casos excepcionales, hay muchas barreras que hacen difícil que este formato sea la mejor opción a largo plazo.
¿Y tú? ¿Has tenido alguna experiencia con clases híbridas? Me encantaría saber tu opinión, ya sea como alumno o profesor. ¡Comparte tu experiencia en los comentarios!

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